Rústica, resistente y con carácter. Así es la variedad de uva blanca xarel·lo, uno de los ejemplares con más historia en los viñedos influenciados por la brisa del Mediterráneo. A punto de desaparecer en el siglo XIX, consiguió sobrevivir al tiempo y, actualmente, es la uva blanca más plantada en el Penedés. Además, es la clave de los cavas de larga crianza.

Unas de las razones por las que estuvo a punto de extinguirse fueron su aroma discreto y su dura estructura, que no acabaron de seducir a una sociedad que prefería vinos más amables y suaves. Pero con el arrase de viñedos que la filoxera supuso en el  territorio francés, el envío de blancos del Penedés al país vecino en un momento en el que los vinos viajaban por mar y tierra sin estabilizar, hizo que la xarel·lo pudiera mostrar su carácter antioxidante, pues era la única variedad que llegaba a su destino en perfecto estado de frescura.

Por tanto, los viticultores de Cataluña vieron una buena oportunidad en el replante de esta uva, que hasta entonces se había estado vendiendo por seis céntimos la barrica a las Américas y que con la demanda del mercado francés empezó a comercializarse a 60 céntimos. Gracias a ello algunos campesinos y viticultores del Penedés construyeron sus primeras bodegas en propiedad. Fue este el caso de la familia Gramona, que inauguró el primer Celler Batlle en 1881.

Los primeros espumosos de xarel·lo de la casa llegaron a principios de los años 20, cuando todavía no se sabía muy bien por qué aquella uva sin demasiada expresión y alta acidez era capaz, no sólo de realizar largos viajes, sino también de envejecer en botella durante años creando cavas de larga crianza y gran calidad.

La respuesta a aquellas dudas sobre el aguante del xarel·lo tardaría en llegar, pues no fue hasta 1997 que universidades como la de Dijon, la de Washington y la de Tarragona demostraron científicamente que esta variedad blanca es la que contiene  los niveles más altos de antioxidantes de todas, incluidas algunas tintas.

Su expresión cerrada también ha variado con el tiempo, pues enólogos y viticultores han conseguido demostrar que con un trabajo exhaustivo en la viña y en la bodega se pueden hacer vinos muy interesantes con la uva xarel·lo. Además, por supuesto, de su potencial en los vinos espumosos como el cava.

Gramona ha sido siempre una fiel defensora de esta uva que actualmente sólo se encuentra en el Penedés. Muestra de ello se encuentra en su cava III Lustros, que nace en los años 50 con la condición de demostrar que las largas crianzas son posibles. Tras él llegaron el Celler Batlle y la Enoteca, cavas que traspasan el decenio y que no son más que un ejemplo del potencial de esta uva en los espumosos largas crianzas.