– Hilando el tiempo –
A menudo subestimamos el poder de una sonrisa, una mirada, una palabra amable, un oído atento, un cumplido sincero o el más pequeño de los gestos. Detalles que encierran en sí la capacidad de cambiar nuestra manera de mostrarnos al mundo y que incluso llegan a condicionar nuestra personalidad, nuestro ser.
Un ser que en nuestra casa ha sido confeccionado con el tiempo. Hilvanando año a año y con el más natural de los tejidos cada botón de su camisa, cada pespunte de su corbata, cada cordón de sus zapatos,… y conseguir así alcanzar la personalidad que con el paso de los días se ha ido forjando dando lugar a un gran vino. Un vino en el que hemos cuidado el menor de sus detalles para transmitir un carácter y un estilo singulares e únicos.