100 años de vinos espumosos, 70 años de largas crianzas

Las familias Gramona y Batlle, viticultores y bodegueros, se unían en matrimonio hace un siglo, dando pie al nacimiento de los primeros vinos espumosos de la casa. Generaciones después seguimos trabajando las tierras con las que nuestros antepasados empezaron a elaborar vino hace ahora 140 años, y de las que nació uno de nuestros vinos más emblemáticos: III Lustros, el primer espumoso de larga crianza del país, elaborado en 1951. Así es como este 2021 celebramos que el trabajo, la perseverancia y la pasión por el vino de nuestra familia se han convertido en historia viva.

 

Historia en movimiento

Corría el año 1921 cuando el matrimonio formado por Pilar Batlle y Bartomeu Gramona empezó a elaborar sus primeros espumosos. Cien años – y tres generaciones después – hemos llegado hasta aquí como una de las bodegas más icónicas del mundo del vino espumoso en el Penedès, siendo todavía una bodega familiar y totalmente artesana que durante este tiempo ha experimentado además cambios significativos, como el paso a la biodinámica, la apuesta por la sostenibilidad y la elaboración del espumoso con más crianza del mercado nacional – Enoteca Gramona -.

 

Pioneros de la larga crianza

De nuestros ancestros hemos aprendido el tesón que se requiere en este oficio, así como la paciencia necesaria para embotellar el tiempo. De ahí que las largas crianzas estén en nuestro ADN. Factor que sin duda nos ayudó a elaborar el primer vino espumoso de larga crianza del país: III Lustros. Este brut nature de más de siete años, fue elaborado por primera vez en 1951 por los hermanos Josep Lluís y Bartomeu Gramona, cuarta generación de bodegueros. Un vino con carácter, que muestra la pureza de la tierra de la que proviene y también de la artesanía que precisa y que, 70 años después, sigue siendo un icono de los espumosos de este país.

 

La Finca Font de Jui

Pau Batlle, quien se educó para “afinar” los vinos, trabajó hasta conseguir comprar las tierras en las que trabajaba su padre desde 1850. Entre otras parcelas allí se encontraba La Plana, parte de lo que hoy conocemos como el Paraje Font de Jui, constituido por 22,5 hectáreas de xarel·lo y macabeo. Una tierra que seguimos trabajando con nuestras manos, incluyendo la vendimia manual, la poda de respeto y la labranza a caballo. Lo hacemos como ya lo hizo la primera generación, conocedores de que el contacto con la tierra es fundamental para la elaboración de un buen vino. De este paraje, que hoy alberga cepas de más de 50 años, siguen naciendo nuestros vinos espumosos más emblemáticos.

 

Seis generaciones de viticultores y bodegueros

Los miembros de la familia Batlle empezamos a trabajar como viticultores en el Penedès a mediados del siglo XIX. Unos años más tarde, en 1881, construimos nuestra primera bodega, el Celler Batlle (que hoy da nombre a uno de nuestros vinos espumosos más preciados, homenajeando a esta rama de la familia), y empezamos a embotellar nuestro propio vino. En 1921 la tercera generación, liderada por Pilar Batlle, quien se casó con Bartomeu Gramona, de familia propietaria de tabernas en Barcelona e impulsores de la revista La Vid Catalana, pionera en el mundo de las cabeceras enológicas en aquel entonces -, construyeron las cavas donde a día de hoy continúan descansando las botellas de espumoso. Sus hijos, además de seguir con el negocio familiar, fueron pioneros en la apuesta por la larga crianza de estos vinos. La quinta generación, formada por los primos Jaume y Xavier, seguimos al frente de la casa, fomentando el respeto por el entorno desde el trabajo en la tierra hasta la elaboración en bodega. La sexta generación, con Roc y Leo Gramona a la cabeza, continúan con el legado familiar explorando nuevas formas de expresar el terruño, siempre creciendo y enriqueciéndose de su historia.

 

Aniversario y celebraciones

Como buenos amantes de la tierra y la artesanía, en Gramona hemos ido labrando el camino hasta aquí apostando siempre por la mayor calidad en cada paso de la elaboración de nuestros vinos. Por el camino, que no siempre ha sido fácil, hemos encontrado verdaderos amigos y compañeros que han recorrido con nosotros buena parte del sendero. Con todos ellos queremos brindar en los próximos meses a través de diversos actos conmemorativos que se irán anunciando a su debido tiempo. Porque este año es un año de CELEBRACIÓN, con mayúsculas.