“Simonit & Sirch habían observado que había un problema compartido por todas las regiones del vino del mundo que era la muerte prematura de las viñas y la propagación de enfermedades en la madera…”
[por Ruth Troyano. Cupatges. 25/01/2021]
Todavía no había hecho los 18 cuando la poda de respeto entró en Gramona después de que su padre viajara a Italia y conociese a los principales expertos mundiales. Los ingenieros agrónomos Marco Simonit y Pierpaolo Sirch hicieron una estada en el Penedés el año 2010, precisamente cuando Roc Gramona empezaba con sus estudios en la Facultad de Enología de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. “Simonit & Sirch habían observado que había un problema compartido en todas las regiones de vino del mundo que era la muerte prematura de las viñas y la propagación de enfermedades en la madera. Hicieron una especie de recopilatorio de prácticas de poda, observando las plantaciones que duraban más tiempo y los sistemas de formación que tenían sus viñas de más de 100 años, como los vasos en el Priorat o los pies francos en Manchuela y Ribera del Duero”, explica Gramona. “Vieron que eran sistemas de formación libres que permitían crecer a la planta, creando nuevas ramificaciones, y que la limitaban. En realidad, ellos no se inventan la metodología porque las prácticas que definen ya se aplicaban antiguamente, pero sí que tienen el mérito de hacer un compendio de todo el conocimiento; teorizan y sintetizan en 4 puntos la poda de respeto”, dice Roc Gramona. Después de una primera prueba en el Véneto, el conocimiento y la experiencia de Simonit & Sirch se empieza a extender por todo el mundo y, en Cataluña, Gramona los recibe con los brazos abiertos en esta deseo suyo de ser extremadamente cuidadosos y precisos con la viña. “Es una poda más respetuosa que la tradicional, que combate enfermedades de la madera como la yesca y el desecado de la planta y asegura su longevidad”, comenta Roc Gramona.
“I’ve always believed than pruning is the elixir of life for the grape vine”
-Marco Simonit
Roc Gramona asumió e implementó como naturales las tesis de Simonit & Sirch desde los inicios. Le entusiasmaron porque tenían una “puesta en escena cierta” y había una realidad a resolver. Cree también que fue una suerte el hecho de no haberse “viciado” por la poda tradicional antes de conocerlos. Con ellos, aprende el arte de podar y de respetar la cepa y, años más tarde, con el clúster Innovi, su padre se da cuenta que no hay ningún centro que divulgue este conocimiento en el Estado Español. Así es como nace la Acadèmia de Poda que ahora dirige y comparte con amigos de profesión, con dos objetivos muy claros: formar a profesionales que sepan podar con respeten y luchen contra el sistema más mecanizado y menos sostenible de poda para asegurar la vida y la productividad de la planta.
La poda de respeto se resume con cuatro pilares que requieren no solo de mano cualificada para aplicarlos, sino también de voluntad y determinación empresarial. Lo primero es asegurar la ramificación de la planta. “Si la limitamos constantemente, la mutilamos”, dirá Roc Gramona. “Se tiene que permitir que la cepa crezca de manera gradual y respetar su vitalidad orgánica. Si hacemos cortes grandes, no cicatrizan y la plana se seca”. Es seguramente el aspecto principal, pero los otros tres también son determinantes. El segundo es el respeto por el flujo de la salvia. “Esto se consigue contemplando la parte vascular de la planta. Tenemos que ordenar los cortes para que el flujo sea limpio y continuo. En Jerez, con el sistema de “vara y pulgar” se respeta mucho. También se consigue en las cepas viejas en vaso en el Priorat. Te das cuenta que hay un orden y una precisión, fruto del conocimiento ancestral”, remarca Roc Gramona. “El tercero es un aspecto más técnico que consiste en hacer cortes pequeños en el mismo lado y respetar la corona. Cada corte es un punto de desecación y la planta tiene que protegerse. Si los hacemos pequeños, desecamos menos la cepa y reduciremos el área de la herida expuesta y el riesgo de sufrir enfermedades”. Por último, y muy estrechamente ligado con el anterior, está el hecho de dejar madera de respeto para que la desecación no interfiera en el sistema vascular. “Tenemos que limitar el mal que hacemos a la cepa al mínimo. Y hay que practicar una poda en bruto, que es menos estética pero que ayudará a tener viñas más duraderas”, rebla el director de la Academia de Poda.
“Parfois pénible mais crucial”
-Terre de Vins
“La parte más simple de la poda, ciertamente, es definir la añada y la producción de vino, pero además de esto le hemos restado importancia, por los costes que supone, al conocimiento que había antes y a como buscar la longevidad de las cepas”. Roc Gramona es claro cuando se le pide reflexionar sobre la práctica de la viticultura más trascendental para la vida de la cepa que precisamente las bodegas abordan en este momento del año. “La poda de respeto comporta un mejor estado sanitario de las plantas. Es una práctica más sostenible y es adaptable a todos los sistemas de conducción”, comenta el director de la Academia de Poda. No obstante esto, contextualiza: “El vaso ha sido el sistema de conducción más antiguo y extendido de la península hasta hace 50 años y es el método que permite aplicar mejor los 4 pilares de la poda de respeto porque tiene un sistema de conducción libre, con capacidad de crecer de forma tridimensional y sin limitaciones de espacio. En el vaso de viña vieja vemos como se ha podado en los últimos 50 años y observamos que cuando se instaló el cordón como sistema de conducción, fue acompañado de una falta de sensibilidad. El cordón nos ha hecho olvidar podar el vaso y podar el vaso se ha podado como si fuera el cordón. No es divertido encontrárselo”.
No todo el mundo es avezado, pero en la viña, la poda también se tiene que leer a largo plazo. Roc Gramona me enfatiza su importancia: “Cuando podamos, no tenemos que valorar la producción del año siguiente, sino pensar que la planta pueda durar más años. Es una visión que antes se tenía y que hemos ido olvidando con la mecanización y la agricultura más extensiva”.
“He found a meditative rhythm, a time to comune in the silence with the frosty vineyard. In biodynamics this (pruning) was a key moment to talk to he vines” – Caro Feely
“En Francia se valoran mucho más las tareas del campo y hay muchos profesionales que se dedican a la poda. Es un saber valorado. Aquí, no. No se le ha dado hasta ahora la prioridad que merece y solo se ha practicado el cortar sarmientos y dejar yemas en la cepa para hacer producción, de manera que quien hace este trabajo no está reconocido. Por eso hay tanto movimiento en los equipos de viña y es necesario formar constantemente a los equipos”, cuenta, con preocupación, Roc Gramona. En este sentido destaca la colaboración que la Academia de Poda ha llevado a cabo con la Fundación Mercè Fontanelles y La Caixa para formar a personas en riesgo de exclusión social, que ha tenido un gran éxito por el elevado porcentaje de inserción laboral de los participantes. “está el estigma de que los “mena” –menores no acompañados- son un desastre y lo niego absolutamente. Se quieren espabilar y hacen un muy buen trabajo”, dice Roc Gramona.
“¿Sabes qué? Lo más bonito de la Academia de Poda no es la difusión de conocimiento y el hecho de homogeneizar conceptos, que también, sino que hay actores de diferentes empresas y gente joven y comprometida como Lluís Coll que es responsable técnico de viticultura en Vallformosa, o Roger Rovira, responsable de viticultura en Recaredo, por citar a dos. Tenemos una misma filosofía que tratamos de compartir desde el año 2014”, matiza Gramona.
“Observamos que hay una sensibilización muy grande. El sector sabe que hay una problemática y que hay que hacer algo para solucionarla. Este es el quinto año que hacemos formación y vemos que la gente joven lo coge muy rápido; a los viticultores de más edad les cuesta más porque tienen más tics o una mayor tendencia a hacer rebajos”, explica Roc Gramona. Pese a la pandemia, la demanda de asesoramiento fue al alza y apunta que, contra todo pronóstico, han crecido las peticiones porque el boca a boca “está siendo muy potente”: Pronto viajarán a Ribera del Duero y Madrid a formar equipos de bodegas tan potentes y tan diversas como Vega Sicilia y Comando G. Quizás ya ha llegado la hora de dignificar y significar la importancia de la poda, un gesto íntimo de relación entre el hombre y la cepa que, según Roc Gramona, tiene que empezar siempre por dominar la tijera manual: “Porque así sabes el mal que le estás haciendo a la planta o la fuerza que necesitas. Cuando esto se aprende, la mejor herramienta son las tijeras eléctricas porque son más eficientes y precisas”.