Hay lugares a los que sin dudarlo tienes que ir si eres un apasionado del vino. Uno de ellos está situado a diez minutos andando del Buckingham Palace, en Londres.
Es un viernes caluroso de principios de julio. Después de almorzar rápidamente una ensalada en Green Park, sentada en mi maleta, me dirijo hacia la calle St. James. Desde el otro lado de la calle ya veo la elegante fachada de madera negra y ventanas bien adornadas. Esta temporada la han decorado con corchos gigantes.
Cada vez que entro por la puerta del comercio de vinos más antiguo del Reino Unido me siento como si hubiese viajado en una máquina del tiempo al siglo XVII. Una gran báscula expresa la historia de esta tienda de vinos. Curiosamente esta báscula no sólo se utilizó en el supermercado: en el siglo XVIII se puso de moda pesar personas en la tienda. Los pesos de numerosos personajes famosos y miembros de familias reales se pueden rastrear en los muchos libros encuadernados en piel de color rojo que llenan una de las estanterías de la tienda.
Comienzo a preparar mi espacio de trabajo para esta tarde en un antiguo escritorio de secretaria colocado en la entrada de la tienda, a la izquierda. El cava está en su punto de frío perfecto, las copas de vino espumoso a punto y también una escupidera que no va a ser utilizada. Todo listo. Si hay algún lugar en el mundo en el que cambiar la percepción que se tiene del cava, debería ser éste.
Una encantadora dama británica entra. Me explica que viene a hablar de su plan de bodega para un futuro, el mismo que hace años había empezado a idear su difunto marido. Mientras tanto, una pareja de japoneses modernos pasean en busca de un destilado de alta calidad. Unos minutos más tarde, un guía muestra el espacio a su grupo de turistas durante un recorrido gastronómico en Londres. Poco después, dos jóvenes suecas me piden saber si pueden encontrar nuestros cavas en su mercado, controlado por el Estado. Con orgullo les puedo decir que desde el año pasado Gramona está disponible en las tiendas del monopolio sueco.
No sólo los clientes vienen de todas partes del mundo, también el equipo es muy internacional. Mis colegas de hoy son británicos, franceses, americanos y descendientes de españoles. Me siento especial por formar parte del equipo de la tienda, que cuenta con ocho Masters of Wine, aunque sólo sea por un día.
De los 5000 vinos que se venden en BBR, probablemente, sólo 500 están expuestos en la tienda. Lo cual requiere de un equipo de consultores de vino, más que personal de ventas, para asesorar y aconsejar a los clientes con los vinos que mejor se adapten a sus paladares.
Esta no es cualquier tienda de vinos. ¡Berry Bros. & Rudd es una institución del vino! Una visita a este lugar único y casi mágico definitivamente debe estar en la agenda de cualquier amante del vino.
Aunque yo ya la había tachado de mi listado de cosas pendientes hace algunos años, sin duda volveré muchas veces más por aquí. De momento me quedo con mi máquina del tiempo en el siglo XXI.
(por Jenny van Lieshout, Weinakademiker y hoy representante de Gramona en el Reino Unido).
Considerado un templo del vino, con ocho Master of Wine trabajando en su equipo, Berry Bros. & Rudd – BBR – es uno de los más prestigiosos y antiguos merchantes de vino en el Reino Unido (activo desde 1698). La compañía sirve a la Familia Real desde tiempos del rey George III y actualmente tiene un portafolio de más de 5000 referencias. Nunca antes habían representado un cava hasta que en 2011, tras conocer Gramona, deciden incluir esta región vinícola en su lista, informando a su selecto club de compradores: “Sorprendente. Hemos encontrado un cava que compite con los grandes champagnes”. Nuestra compañera y weinakademiker, Jenny van Lieshout, nos cuenta sus impresiones sobre una de sus visitas a este emblemático lugar.