Resulta más viable alcanzar nuestros objetivos a través de la colaboración con otras personas que persiguen los mismos fines, aun cuando tengan motivos distintos. Las alianzas son indispensables para conseguir cambios reales. Este es el primer paso de un largo camino, establecer uniones y compromisos en torno a un interés común: nuestra relación con la naturaleza.
Alianzas por la Tierra es una agrupación de viticultores fundada en el año 2015 que sigue una filosofía de trabajo respetuosa con el entorno. Sus miembros fundadores han seguido el camino iniciado por Gramona en una evolución gradual y natural que busca vivificar la tierra y el paisaje al que pertenece. Todos ellos conforman una de las extensión de viña biodinámica más amplia del Penedés, con un total de 303 hectáreas. Des de su inicio, la asociación está abierta a aceptar nuevas incorporaciones, tanto de agricultores como de otras bodegas afines a esta filosofía y forma de trabajo.
Hemos reunido a los agricultores que se muestran afines, sensibles y que verdaderamente creen en lo que hacen. En una alianza de estas características se ha de mantener el equilibrio entre la independencia de cada uno de los miembros y el objetivo común. Cada uno es bienvenido en su especificidad y capaz de actuar de manera creativa sumando energía vital al colectivo.
En todas las tareas cotidianas para el bienestar de la tierra se observan cuatro cualidades de actitud “interna” con efecto en la realidad biodinámica “externa”: identidad–veracidad; desarrollo–franqueza; solidaridad–cooperación; iniciativa-responsabilidad. Estos a su vez son los valores fundamentales que compartimos en Alianzas por la Tierra y que rigen el arte del trabajo colectivo.
Desde Gramona facilitamos los medios necesarios, la formación y el acceso a consultores con vasta experiencia en el viñedo: Claude Bourguignon, ingeniero agrónomo ex presidente del INRA (Institut National de la Recherche Agronomique); Julio Arroyo, Jordi Querol, asesores para la conversión y gestión de fincas según la metodología biodinámica; Margarethe Chappelle, investigadora en torno a las cristalizaciones sensibles; Nicolás Jolie, especialista en el campo de la viticultura biodinámica; y Georg Meissner, enólogo investigador y profesor en la prestigiosa Universidad de Geisenheim, Alemania, entre otros.
Los miembros de la Alianza elaboramos de forma conjunta el compost animal y vegetal, además de aplicar infusiones, decocciones y fermentaciones para evitar plagas. Las plantas empleadas proceden tanto de nuestro jardín como de los márgenes y bosques lindantes. Mantenemos cubiertas vegetales para conseguir suelos esponjosos. También facilitamos a nuestros compañeros instrumentos dinamizadores y los preparados: el María Thun y el 501, ambos elaborados a partir de elementos hallados en los viñedos. Contamos con rebaño de vacas de la Albera y ganado lanar, de los que se recoge la boñiga fresca, elemento importante en la elaboración de estos preparados. La biodinámica procura producir dentro del organismo agrícola la mayoría de los abonos y tratamientos necesarios con la finalidad de utilizar insumos propios para luego devolverlos a la tierra.
Este tipo de agricultura eleva la actividad biológica en el entorno y en los suelos propiciando un viñedo equilibrado que cambia el aspecto y la energía en el paisaje. Influye también en la calidad de la uva haciéndola más expresiva, concentrada y compleja, lo que se transmite a los futuros vinos que reflejarán su origen irrepetible.
NOTA : Gramona tiene establecida una relación de largo plazo con todos ellos, a través de Contratos de Vida de Viña -un paradigma hoy en día único de contratos de tierra-, que pretenden una relación al menos tan larga como es la de la vida del viñedo.